Viernes 8 de Agosto de 2014: Yogyakarta.


Hoy no me he despertado con muy buen cuerpo. A las 6 de la mañana hacemos el checkout y subimos al taxi. Un bluebird con taxímetro. Nos cuesta 13mil, pero el mínimo es 30mil, que vienen a ser dos euros.

Entramos, caminamos, hacemos el checkin online para imprimir nuestros billetes y luego pasamos por la zona de pagar tasas de salida, 40mil por persona por ser vuelo doméstico.


Subimos al avión y en hora y veinte (nos tuvieron esperando para poder aterrizar) aterrizamos al aeropuerto de Yogyakarta. Por cierto, 20 kilos mi maleta.

Recogemos el equipaje de la única cinta que hay y mientras me acerco a un kiosco a preguntar cuánto cuesta hacer Borobudur, Prambanan y un par de templos de al lado en un dia para nosotros dos. Me dice que 500mil pero me hace un descuento de 50mil si vamos en un coche “pequeño” (un monovolumen en lugar de una van). Aceptamos, 8 horas. Asi que cogemos los bultos y nos vamos.

Paramos en Prambanan. Con carnet de estudiante hay descuento de la mitad. Y comprando la entrada combinada de Prambanan y Borobudur, también hay un pequeño descuento. Total, que habíamos contado gastarnos unos 400mil por entrada y al final fueron 375mil las dos. 

Entramos y el conjunto de templos es increíble. Son templos hinduistas construidos en el siglo IX en honor a Brahma (el creador), Vishnu (el preservador) y Shiva (el destructor). 

prambanan

Damos una vuelta por los alrededores y al salir vemos un mapa en el que indican dos templos más alejados. Pero hace mucho calor. Y sol. Y hemos madrugado mucho. 


Caminamos hacia la salida y un poco más adelante vemos un puesto donde alquilan bicis por 1 euro para ir a esos dos templos, e incluso tienen el camino marcado para no perderte. Mmmm… bicis… es una GRAN idea (por cierto, también alquilan tandems, pero preferimos caernos de uno en uno).

Así que eso hacemos. Uno de los templos está en rehabilitación y no se puede entrar, y el otro está genial y vacío. Damos alguna vuelta y nos marchamos ya.


Para salir, no sé cómo lo hacen, pero siempre te acaban dirigiendo a una zona cubierta llena de puestos, en la que tienes que ir haciendo eses para poder salir.

Cuando salimos vamos a los templos de Plaosan


Esto son dos templos antiguos gemelos, uno al lado del otro, en cuyo interior hay tres budas sentados de una manera un poco más occidental. 



Los recorremos casi solos. Es una gozada.


Subimos al coche y ponemos rumbo a Borobudur. Casi a la entrada paramos en un restaurante que, para mi gusto, ha sido de los mejores del viaje: buena cantidad, sabroso, no picante, y en un entorno de calma, con fuentes, vientecillo…


Había trampa y al salir nos ofrecen visitar la tienda de plata. Me pruebo unos cuantos anillos y nos vamos.

Al llegar a Borobudur nos sellan la entrada y nos dan una botella de agua. Y empezamos a caminar. 


Es la estupa budista más grande del mundo, con nueve niveles (seis cuadrados y tres circulares) y 500 budas protegidos por “campanas”. 


Estuvo abandonado muchos años cubierto de vegetación y ceniza, hasta que fue redescubierto en el 1800. Es patrimonio de la Unesco y dicen que el monumento más visitado de Indonesia.


Lo recorremos tranquilamente sorteando cientos de turistas e intentando buscar algun hueco para sacar una foto sin que apareciera gente. 


Nos lo tomamos con calma. Además dimos paseos por dos de las terrazas inferiores, donde hay relieves aun originales.

Cuando acabamos vuelve a pasar lo de siempre: se tarda más en encontrar la salida sorteando los puestos de souvenirs que en salir del ikea.


Al llegar al parking nos llevamos un pequeño susto: no encontramos al guía! Después de 5 minutos dando vueltas e intentando llamarle, le encontramos. Uf!.

Ponemos rumbo a Mendut. Aquí hay un monasterio budista, por el que damos un pequeño paseo, y un templo con 4 budas sentados con los pies en el suelo (lo cual es muy muy raro). 


Hay también un árbol con lianas donde la gente hace el mono.


Tras el regateo más duro del viaje (3 veces me fui de la tienda y 3 veces salió la mujer a buscarme 20 metros más allá), subimos al coche para ir al hotel. Han sido más de 8 horas y además empieza a llover.


Cuando llegamos al hotel (Ibis Styles Yogyakarta) nos dicen que nos hacen un upgrade a una family room (aunque teníamos una deluxe… pero bueno). La habitación es ENORME. Caimos rendidos después de la paliza de día.